Es la expresión de un viejo compañero rememorando haberse embarcado; reído durante toda la pesca hablando pavadas; pescando y comiéndose un asado al final de la jornada en camaradería con todos…
Así puede comenzar y terminar la nota de la Sub Comisión de Pesca de la FGB, ¿Qué más contar?…
Estas expresiones pagan y con intereses altos el empeño que ponemos los artífices de estas salidas al servicio del compañero pescador y el apoyo incondicional de quienes comandan los destinos de la Organización Sindical.
Es obligatorio plasmar lo ocurrido en la pesca, pero esto solo es efímero ante tan oportuna expresión…
En esta ocasión partimos desde nuestra sede de capital y también desde zona oeste con mas de setenta compañeros dispuestos a pescar.
Nuestro referente en la laguna Del Monte, partido de Guaminí, era el reconocido operador de pesca Diego Montoya, “El Fabri”.
En un día con las luces del sol saliendo de horizonte y un cielo azul celeste sin una nubes… como se decía antes… peronista… llegamos al predio del camping municipal, un lugar prolijo y limpio con fogones; baños y luz eléctrica que permite pasar más de una jornada cómodamente ubicados.
Repartida la carnada cada uno o grupo se repartieron sobre las amplias costas mientras un puñado de ansiosos pescadores realizaban el rol de embarque para firmar la aventura de pescar en los secretos rincones de la laguna.
La pesca de costa, como siempre, distendida, ofrecía las mejores capturas. Pejerreyes que llegaron a los cuarenta centímetros eran atrapados por los engaños ofrecidos en los anzuelos. Anzuelos que recomendaron ser generosos para una correcta devolución de aquellos pejerreyes de menor porte. Número 2/0 y hasta 4/0 fueron los utilizados.
Todas las líneas funcionaron, tradicionales de fondo con dos o tres anzuelos; paternóster para trabajar a distintas profundidades y las tres boyas que llevan la total atención del pescador al más mínimo movimiento indicando que se aproxima una clavada…
Sobre los importantes truckers la navegación era normal y daba tiempo a preparar las cañas y disfrutar del paisaje lacustre. Algo orillados se lanzaron dos anclas para ubicar la embarcación en posición tal que el viento nos diera de espalda. Lanzando las líneas de flote, estas derivaban atrayendo a los pejes… Como es habitual los juveniles entorpecían las capturas de los de buen porte. Incontables devoluciones fueron grabadas al capturar pejerreyes muy por debajo de la medida mínima. ¡Esto habla de la buena salud de la laguna hoy día!
Pejerreyes nacidos de las huevas eclosionadas uno o dos años atrás en la propia laguna ya generaron, nuevamente, el ciclo de la vida en esta laguna castigada por, en un momento, su bajo nivel y alta concentración de salinidad.
Se desovillaba la jornada de pesca entre capturas que al cortarse marcaba el momento de buscar otra cancha… Navegar un poco y buscar una nueva bahía dónde hacer los intentos.
Las líneas rendidoras fueron todas, hasta las de fondo, eso quiere decir que el pescadito está a toda profundidad.
Cerrando la pesca el balance fue mas que positivo ya que se dio de costa como embarcado; los portes fueron generosos y las cantidades de piezas abundantes. Para festejar esto se llevaron adelante las mediciones con la grata sorpresa que muchos niños, acompañando a sus padres, presentaron capturas las que no desentonaron en el total de las mediciones. Esto muestra el ambiente familiar que reina en nuestras salidas.
No podía ser de otra manera que el viaje se cerrara con una parrilla llena de carnes y trabajo de quienes se ofrecen para agasajar al compañero.
El solo monótono ruido del motor en la ruta indica que el cuerpo cansado del compañero pescador rejuveneció veinte años…
A continuación se muestra como se encuentra la Tabla de Mediciones del Torneo Anual luego de tres salidas de pesca: